En general se coincide en que el centro de la mayor parte de los cuadros debe quedar al nivel aproximado del ojo. Esto viene a ser aproximadamente 1,60 metros sobre el suelo.

Cuadros sobre muebles
Cuando coloquemos un cuadro o grupo de cuadros sobre un sofá u otro mueble, deberemos dejar entre el mueble en cuestión y la base del cuadro o del grupo una separación de entre 15 y 25 centímetros. También es conveniente que la anchura del cuadro sea, aproximadamente, el 75% de la anchura del mueble si se trata de un cuadro horizontal, y el 50% si es una imagen vertical y estrecha.

Grupos de cuadros
Debemos tener en cuenta que agrupar cuadros es bueno, y dispersarlos es malo para el equilibrio visual porque resultarán insignificantes respecto al tamaño de la pared y probablemente pasarán desapercibidos. Un número impar de piezas generalmente ofrece un conjunto visualmente más equilibrado. A su vez, un número par de piezas funciona muy bien cuando son agrupadas dejando poco espacio entre ellas.
Distribución asimétrica En este tipo de distribución somos libres de combinar cuadros de diferente tamaño y orientación para dotar al conjunto de un eclecticismo que generalmente redunda en la consecución de un aspecto moderno. En estos casos, como decimos, no tenemos que preocuparnos de que todos los objetos tengan una apariencia similar o sean del mismo tamaño, pero sí debemos asegurarnos de que el conjunto quede visualmente equilibrado.
- Si se posee un retrato, o algún otro cuadro de valor especial, debería estar separado de los otros cuadros en la medida de lo posible, ocupando un espacio que demuestre que tiene un significado particular.
- No es aconsejable la combinación de fotografías y cuadros, pues normalmente no da buen resultado.
- La colocación en hilera de cuadros pequeños, de proporción más alta que ancha en un pasillo largo y estrecho, consigue acortarlo visualmente.
- Las lámparas de neón y otras luces fluorescentes producen modificaciones en la percepción de las tonalidades, así que es aconsejable evitarlas.